sábado, 31 de enero de 2015

Con un boli de cuatro colores

De repente aparecen.

Todas esas oportunidades que siempre pensaste que ya habían pasado, todas esas buenas personas que parecían estar escondidas mientras te rodeabas de otros que no valían ni para una cerveza un viernes por la noche.

Otras sonrisas dispuestas a recordarte que no todo es sexo, dinero o fiesta. Que el dinero no da la felicidad y que hasta el más tonto sabe disfrutar de un día de sol.

Vuelven las ganas de empezar de cero, de dar otra oportunidad a los que agotaron todos los Game Over, de probar cosas nuevas, de lanzarse a la piscina en pleno febrero, sin mirar y con la sudadera de "los domingos valen más si son contigo"

Hoy es día de llorar por que lo bueno se acaba, de que lo mejor empieza y de que es realmente curioso la forma en la que te cruzas con la gente en tu camino.


Y qué se yo,



Si ni si quiera consigo explicar lo que siento.