martes, 4 de julio de 2017

Carta a todos los que aún se mantienen en pie.

Querido lector, amigo, conocido o simple persona que se ha dejado caer por mis líneas:

Esta carta hoy es para ti.

Porque sigues al pie del cañón, incluso cuando otros han caído,
incluso cuando otros ya lo han conseguido.

¡Eres increíble!

Y sé que no te lo digo mucho,
y sé que no te lo dices mucho.

Pero has logrado cosas que no imaginas.

Ahora que es tiempo de graduaciones, de estudiar para julio o de disfrutar de un merecido descanso, necesitas que te recuerden lo lejos que has llegado.

Tu que empezaste tu mundo de cero.
Has sabido construir donde antes no había nada.

Y muchas veces nos hablan de las personas que brillan, las que se ven entre la multitud.

Yo hoy venga a hablar de las personas que vibran.
Esas que al pasar por tu lado te erizan la piel.

Las que te hablan de sus logros y se les dilatan las pupilas,
esas que hacen que te crezca el corazón al escucharles.

No dejéis que el desanimo pueda con vosotros,
no dejéis que el calor o la luz artificial de las salas de estudio apaguen con vuestros sueños.

Porque todos hemos ganado,
aunque solo sea por haberos encontrado.

Es cierto que a veces es duro,
y que tirar la toalla suena mejor,
sobre todo si la lanzas sobre la arena de la playa.

Pero habéis sido capaces de encontrar la felicidad en las cosas pequeñas:
un café en los descansos, una visita inesperada, o dormir una horita más un domingo por la mañana.

Sois fuertes, sois duros,
sois la esperanza para los que no cumplieron sus sueños.

La viva imagen del esfuerzo,
incluso aunque sea porque una vez os equivocasteis.

Dais envidia a los que no pudieron,
la perseverancia os hará libres.

Y todo el mundo envidia vuestra libertad,
y lo claro que tenéis el siguiente paso.

Hoy esto va por vosotros.

Por los que os habéis ido lejos de casa para cumplir vuestros sueños,
para los que no os ha dado miedo empezar una aventura,
o lo que es más difícil, continuarla cuando todo estaba oscuro.

Para los que habéis decidido seguir, continuar
dar otro paso a pesar de los calambres.

Y no hablo de los musculares.


A todos vosotros:
no dejéis nunca de ser magia.


Porque yo quiero que sigáis erizándome la piel al pasar,
quiero que me hagáis vibrar.


Quiero sentir envidia de lo que estáis construyendo,
y sobre todo, quiero que me animéis porque gracias a vosotros, sé que yo también puedo construir.




A todos vosotros:
Gracias.