martes, 23 de octubre de 2012

Y tú, ¿saltarías?


Tal vez exagere, pero vosotros qué sabéis....

Dicen de ese subidón de adrenalina que te produce saltar desde un puente sin más sujeción de una cuerda. De la sensación de libertad que da lanzarte desde un avión con un paracaídas.
Nos hablan de las emociones fuertes, del miedo y de como se te dilatan las pupilas y se te eriza la piel antes de estas actividades que nos ponen ante el peligro. De esa sensación de que te va a estallar el corazón en el pecho.
Yo opino que no hace falta tirarse desde lo más alto para sentir como la adrenalina corre por tus venas.
Yo ya he encontrado quien me erice la piel solo con mirarme, quien hace que me sienta como si saltara al vacío solo con dirigirme un par de palabras. Esa sensación de libertad y felicidad cuando me lo cruzo y ese miedo a que salga mal.
Y es que a mi no me hace falta escalar una montaña sin ningún tipo de medida de seguridad para sentirme viva.

 Me sobra con él.


Nada como los amores imposibles como deporte de riesgo.

lunes, 22 de octubre de 2012

Lo importante no es lo que muestro, si no lo que escondo.

Reprimiendo abrazos, callando sonrisas....

Es curioso, todos hablan de lo mismo y para cada uno es distinto. Todos tienen su opinión y en cambio nadie te sabrá explicar en que consiste.
Hablo de eso que está de moda, eso que a algunos les  hace que tengan mariposas, otros retortijones de barriga y a otros les va y les viene.
Yo no lo llamo amor, no me gusta, es una palabra que pesa mucho, que impresiona, que es como decir: Sara ten cuidado, es algo fuerte y eso tiene consecuencias.
Nada, nada.
Yo no os hablo ni de mariposas ni de palabras aplastantes.
Hoy vengo a desahogarme, llevo demasiado tiempo reprimiendo, callándome, mirando desde lejos y soñando despierta.
No diré que no me gusta, nah, no os voy a engañar. No me voy a engañar. ¡Me encanta!
Soy masoca, soy imbécil, repetitiva y un poco estúpida; sé que no tengo nada que hacer pero sinceramente, llevaba demasiado tiempo amargada, necesitaba algo por lo que luchar, aunque estuviera perdido de antemano. Una razón por la que decir ''los martes son la misma mierda de siempre, pero al menos le pongo ilusión'' las cosas no cambian, los dolores mejoran pero no desaparecen, los exámenes aumentan y necesito alguna motivación.
Y cuesta, no es fácil, aún no sé si me compensan las sonrisas tontas el tener que pasar por tu lado y no decir nada,  y me pregunto si merecen la pena los puntos muertos en las conversaciones, esa frase que sé que pone fin a la conversación, si merece la pena jugármela hablándote todo el rato cuando luego ni te miro.
Puede que si, puede que no.
Y escribo esto mientras hablamos, bueno, mientras hablo yo, tu haces poco, vives ajeno, tal vez eso sea mejor. Tienes muchas cosas en la cabeza y no soy nadie para exigir más, pero no me voy a rendir solo por eso, agotaré todas las posibilidades antes de volver a estar como estaba antes.
No os engaño, vuelvo a ser la tonta que era a los 13 años. Y dime.... ¿merece la pena?
No lo sé. Pero voy a descubrirlo.

Y no podéis culparme por querer equivocarme


Si un error es tal vez lo que necesito para volver a sentirme viva.

lunes, 1 de octubre de 2012

Las palabras se me quedan cortas.

Susúrrame....

Ese es parte del poder de las palabras, no tienen la calidez de un abrazo pero si son capaces de helarte la sangre y dolerte como un puñal; no pueden sustituir un beso pero te pueden hacer desearlo.

Es irónico que yo, que utilizo las palabras como fuente de paz y de exteriozación de mis miedos y sueños reniegue ahora de ellas, pero cuando tu principal fuente de expresión se vuelve contra ti no puedes sino sentirte traicionada y dolida... Os preguntaréis si no sería más fácil sentirme dolida con el dueño de dichas palabras....¡nah!...os equivocáis, siempre es más fácil enfadarte con algo que con alguien. Y así pasa mi vida, entre palabras, hojas, amigos y algunas risas. Y puede que quien lea esto, mi blog, piense que no soy feliz; que mi vida; llena de dolores y algunas decepciones es una mierda, pero no metáis la pata, mi vida es imperfecta, pero es mía y es lo más valioso que tengo; y puede que no escriba sobre los buenos amigos que tengo, sobre su sonrisa que alegra mañanas,  sobre los scouts que me hacen sentir eso que es irreemplazable ni sobre esas personitas que no veo pero que están ahí desde que me levanto hasta que me duermo. Puede que no escriba sobre los millones de pequeños placeres que hacen que mi día a día valga la pena. Pero escribo lo que me sale de dentro.
Y cuando soy feliz no me apetece plasmarlo en un papel, me apetece salir a disfrutarlo.
Porque las cosas buenas no se expresan con palabras, no caben en un puñado de letras.



Las cosas buenas se expresan con sonrisas y caricias.