miércoles, 18 de mayo de 2016

Practicaré la masturbación intelectual

A la deriva por el mar de tu incomprensión.

A veces me planteo que si no entiendo la vida a lo mejor es porque no es la adecuada, porque me he equivocado de enfoque y llevo 21 años mirando por la ventana que no es.

Porque la gente me pone nerviosa, con sus idas y venidas por tu vida como si pasearan por la calle mayor, por su sonrisas por un lado y estufidos por el otro.

¿Qué quieres, eh?

Dime, ¿QUÉ COÑO QUIERES?

Pero dímelo, porque yo no me entero y no os entiendo.

A los que estáis pero sin estar, a los que parece que queréis estar pero jooooooder, cualquiera lo diría.

Los dobles sentidos con los que yo siempre me quedo con el malo y no pillo el bueno.

A las tostadoras que calientan más siempre el pan de la derecha. Los que se quieren ir pero acampan en tu vida y los que son como mi ascensor, que a veces se cierran a la primera y otras puedes pulsar mil veces el botón que no hay manera de que se arranquen (vaya, eso me recuerda a algún que otro corazón)

Por no hablar de las subidas y bajadas.

De los ánimos que suben, de las autoestimas que bajan en forma de peluquera zorra que te hunde la vida, de los precios que suben y mis ingresos que como sigan bajando me van a hacer bajar pero a la esquina del polígono a subir otras cosas.

De las montañas de apuntes que parece que bajan y de la incertidumbre por el futuro que esa zorra si que crece cada día más.

Del ti, que no crece porque de donde no hay no se puede sacar, y del mi, que a ratos baja, a ratos sube y otras se quiere morir.

Del karma, que guarra es, que cuando vas ganando la partida te cambia las cartas para reírse de ti....esa si que sabe cagarte en el tablero.

Y aquí estamos, un día más, un día menos.

Preguntándome por qué la gente es tan complicada, por qué no hablan claro.

Si te gusta, ¡pues tírale!, que si sale mal mejor eso que no haberlo intentado.

Si no quieres hacer algo, ¡pues no lo hagas!, que la vida es corta para perder el tiempo viendo los días pasar.

Que si no te aporta nada, ¡dale puerta! que alguien habrá que la abra con más ganas.

Te lo digo yo, que de ver pasar oportunidades, trenes, días y personas algo sé.

Que no sé tratar con gente pero de ironías absurdas entiendo.


Y me agota todo esto, el estar mal, el estar bien, el tener hambre, el que el hambre engorde y tengas que pelearte con las ganas de moverte, la gente (Dios, sé que me repito, pero que difícil es la gente complicada).

Sara solo quiere dormir, que este verano no me muera de calor y que las cosas pasen, por naturaleza, porque es lo que tiene que ocurrir.

Sin que la vida se ría de ti.
Sin que te digan que no cuando es que sí.
Sin que se te escape la vida sin vivir.


No sé, dejarme, que tengo poco tiempo para estudiar, muchas ganas de sentir y nadie con quien ser simple y feliz.



Al final me dedicaré a escribir, a leer y a dormir.