domingo, 30 de junio de 2013

Si tiras mucho, al final la cuerda se rompe.

Porque después siempre vienen las lamentaciones.

¿Sabéis esa sensación de que todo lo que haces está mal? ¿de por más que das los otros no hacen más que exigirte más? ¿que nada es suficiente y todo es poco?

Así estoy yo.

Y pasan los días y las cosas no cambian. Y las caras largas y las malas contestaciones me están empezando a cansar.

Nunca he sido de escapar, pero vais a conseguir que desaparezca.

Y me doy cuenta de que la gente solo mira por ella, no piensan en ti, en tus planes, en lo que te puedan hacer o en si te molesta algo o no.

Todo son máscaras, falsas risas, falsos sentimientos.

                                                                Que todos somos los mejores en lo que nos interesa pero a la hora de la verdad hasta el vecino lo siente más que nosotros.

Y Sara como una pringada pendiente de todos, de que este pueda quedar, de que a la otra le apetezca hacer lo otro, de que pueda, de que me dejen, de que tenga como ir y como volver, del dinero.

                                                                           Servidora se cansa.

Se cansa de esperar a que los demás estén disponibles, libres. De esperar para las respuestas y las nuevas preguntas.

De que el tiempo pase y esté todo igual de como empezó.

¿Qué pasa si me voy?¿Si dejo que sean ellos los que me busquen?

¿Y si no te buscan?

Bueno, si les importo me buscaran, si de verdad quieren quedar serán ellos los que se muevan, si de verdad quien hacer las cosas conmigo ya haran algo.

¿Y si no te buscan? ¿Y si no te necesitan y eres tú la que les necesita a ellos?

Entonces mejor sola que mal acompañada ¿no?

Pero ¿cuánto aguantas sola? Sabes que los necesitas y que los que no te hacen falta no te vas a librar de ellos. Sabes que vas a seguir aguantando malas contestaciones que vas a seguir detrás de todos, tirando tú, preocupándote y haciendo más de lo que te gustaría. Y sabes que no podrás superar esa piedra, la que en el fondo sabes que te molesta más que todos los imbéciles que te rodean, más que todas las personas con las que tratas. 

¡Asúmelo!



 Tal ves estés destinada a no conseguirlo jamás. A vivir siempre con eso.





viernes, 21 de junio de 2013

Apaga y vámonos

Como los granos de arena


Todos nos movemos por algo, todos tenemos algo por lo que levantarnos temprano un sábado y acostarnos tarde un miércoles.
Una meta que nos da fuerzas para lograr lo que ni siquiera imaginamos.
Pero, y si la recompensa ya no existiera ¿seguirías intentándolo? 

Si una mañana te levantaras y te dieras cuenta de que eso que ansias ya no existe, o lo has conseguido, o comprendes que nunca lo vas a conseguir.
Entonces, ¿ a dónde vas?
¿Qué haces con esas horas despierto?¿con todo ese esfuerzo?
¿Qué haces con toda esa ilusión motor de fuerza inigualable?

Y ese dolor que te invade, ¿qué es? ¿de dónde ha salido?¿ a quién se los has robado?

Tal vez no es dolor, no es una herida o un desengaño amoroso de los que están de moda ahora.

Es algo más complejo.
                                                                         No.

Es el miedo a no saber qué viene ahora.
A terminar un libro y que el siguiente sea peor.A que te levantes un día y no sepas para qué.
                                         
Es verte cara a cara y descubrir que lo que esperabas no es como imaginabas.

Que el esfuerzo a veces gana y otras solo cansa.

Y a lo mejor todos debemos plantearnos qué hace que nos movamos, por qué hacemos las cosas o si deberías cambiar el destino de nuestras sonrisas.

Tal vez lo mejor sea dar la vuelta al reloj de arena. Empezar de cero, buscar otra meta, otro carburante para el alma.

A veces lo que deseamos no es lo que nos hace felices. Si no todo lo que nos ocurre hasta que lo conseguimos.



Por que la felicidad es solo una excusa para perseguir nuestros sueños.