martes, 13 de agosto de 2013

Quemar páginas.

Quiero perderme en tus rizos.

Es curioso como a veces nos damos cuenta de cómo pasa el tiempo.
Un día te levantas y ha pasado un año desde la última vez que viste algo, o has terminado el instituto o simplemente te das cuenta que hace mucho tiempo que no te enamoras.

A veces las conversaciones más triviales con las personas más normales nos hacen darnos cuenta de las cosas.

                                         O eso es lo que me pasó a mi.

Cuando fui a mirar el calendario me di cuenta que hace demasiados meses que no siento nada, que no tengo motivos ni ilusión.
¿Tan mal me ha ido que mi corazón ha tirado ya la toalla?


Siempre es mejor pensar eso a pensar que no has olvidado todavía.

Porque eso no puede ser
                                           ¿no verdad?

Siempre las mismas metas imposibles, los mismos deseos a las estrellas fugaces ¿por qué no la misma sonrisa?

Aunque eso sería estúpido, absurdo, sin fuste y un poquito suicida.

Unos días pienso que no le quise y otros que más que a ningún otro.

Puedo estar meses sin saber nada de mi pasado y encontrarme de lleno intentando leer de nuevo las conversaciones.

Y es que hay noches que pienso que solo yo lo recuerdo, que solo yo aposté por aquello...bueno, apostar tampoco es la palabra.
Es solo que hay madrugadas que creo que solo fui una ilusa jugando al solitario noches enteras.

Me niego a pensar que no se acuerde, que fueran risas falsas o solo un juego.

Un juego, un estúpido juego sin ganador.

Aunque si hubiera que elegir un vencedor está claro que yo no sería.

Pero aquí estoy, mucho tiempo después escribiendo sobre alguien que ya ni merece un ''felicidades!'' por su cumpleaños, alguien con el que ni cruzo un saludo.

Alguien a quien tal vez deba admitir que regale mucho más de lo que pensaba,


A lo mejor lo único que debo hacer es admitirme a mi misma que lo quise y dejar que la página se queme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario