miércoles, 6 de noviembre de 2013

Apenas un susurro en tu oido

El otro día en el bus 

Hoy le dedico esta entrada a todas esas otras entradas que nunca publico, a todas esas hojas que nunca saldrán a la luz, a esas servilletas pintarrajeadas, a los post-it con palabras clave e incluso al montón de frases que me escribía en las piernas cuando no tenía donde dejarlas caer.

Pido un minuto de silencio por esas ideas que mudas, murieron en mi mente porque me daba pereza levantarme a buscar un papel y plasmarlas.

Por esas frases que escribí cabreada  o triste y que acabaron hechas una bola en la basura porque una vez pasado el momento se desvanecían en el tiempo.

                                                           Ya no importaban.

Porque en esencia eso somos, eso soy: palabras.


Ideas, miedos, lágrimas y alegrías convertidas en signos.

Porque esto soy yo.

Todo lo que leéis, todo lo que veis aquí es una parte pequeñita (o no tanto) de mi mente y de mi.

¡Expresate!
                                         ¡Expresame!


Pero nunca dejes de hacerte sentir, ya sea cantando, gritando, besando o escribiendo.


Porque no hay mayor sensación de paz que la de expresarte en un papel.



Porque no hay mejor sensación que la de dejar un pedacito de ti en los demás



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