Siempre quise escribir un diario, me encanta la idea de dejar mi vida plasmada en un papel, aunque me daba pereza sentarme a escribir.
De pequeña escribía uno, con el fin de que mi yo del futuro, mi yo de ahora no cometiera los mismo errores y pudiera revivir el pasado siempre que quisiera.
Si ahora escribiera un diario sería todo perfecto. Serían todas las hojas de color rosa, pero las cosas cambian y rápido.
Hace dos semanas yo no era la misma, si escribiera un diario y lo leyeras, ni siquiera pensarías que fue escrito por la misma mano.
En estas dos semanas cambié; tomé decisiones y asumí consecuencias. En dos semanas todo cambió, allí y aquí. Fueron dos semanas de risas, tristeza y abrazos desconocidos. También fueros días de reencuentros y despedidas.
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